Vestirse para trabajar no tiene por qué convertirse en un dolor de cabeza ni ser aburrido o repetitivo, siempre puedes ponerle tu toque dentro de tu propio estilo, sobre todo si tu giro es más creativo y el código de vestimenta no es tan estricto.
Sin embargo, existen algunas prendas que es mejor evitar, no importa el trabajo que realices:
- Los jeans rotos
No importa qué tan de moda estén, los jeans rotos o desgastados sólo son válidos en tus fines de semana en los que no vas a ver a ningún cliente.
Si el código de tu oficina te permite su uso en los viernes casuales, elige jeans clásicos, de preferencia en tonos oscuros y que se ajusten a tu silueta, para evitar que salgan llantitas que quizá no existan. Puedes elevar el atuendo con un blazer que le dará más formalidad.
- Los leggins
No cometas el error de pensar que los leggins son un sustituto de los pantalones, aunque sean súper opacos y los utilices con blusones. La comodidad de estas prendas está pensada para usarse en el gimnasio o para estar en casa. No comprometas tu profesionalismo con la elección de leggins como atuendo de oficina. Busca pantalones que cubran el requisito de comodidad que buscas.
- Las transparencias
Debido a que se muestra piel que en un ambiente profesional normalmente debería estar cubierta, evita las transparencias a toda costa, aunque les pongas encima un saco. Estas son prendas que puedes usar en ambientes más relajados de índole social, como fiestas o reuniones con amigos, no en juntas con clientes. En su lugar elige blusas ligeras de algodón o seda, la sensación será de frescura y lucirás súper bien.
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Jessica Camargo Romero
Consultora de Imagen
Socia & Fundadora
Socia Digital
